sábado, 13 de septiembre de 2008

Entre Lecas

Crónica de los talleres El lunes 8 de setiembre, nos reunimos en los talleres de reflexión de la ULBMHOL y conversamos sobre nuestra sexualidad y las practicas sexuales lesbicas comúnmente utilizadas por las mujeres lesbianas. Después de la bienvenida y presentación de cada una, realizamos una sugerente dinámica que a más de una hizo sudar por los nervios y la timidez, nos dividimos en grupos para hacer una lluvia de ideas, sobre las prácticas sexuales, que las participantes conocían, porque las han practicado, escuchado, visto o imaginado. Ya en la plenaria y contrario a lo que se cree, la mayoría de prácticas sexuales entre mujeres lesbianas, comprendían el tribadismo (frotamiento vulva con vulva) en segundo lugar el sexo oral y de poca practica la introducción de los dedos o los juguetes sexuales. En lo que se refiere a sus fantasías sexuales, algunas iban desde el baile sugerente, los masajes hasta lo gastronómico y dulce, referían que les gustaría probar sobre el cuerpo de sus parejas, algunas frutas o dulces líquidos como la miel, el chocolate , la crema chantilly, entre bromas y comentarios de que se les iba a “ir el apetito”. Otras fantasías buscaban un sitio diferente, como cama ajena, en un hotel, en la playa, el la carpa, en la cocina, en el mhol, etc.
La lista de prácticas sexuales, eran tituladas con nombres como:
-El misionero lesbico
-Los globitos golosos
-La tijerita
-El sesenta y nueve
-La catarata
-La misma moneda o dame mi vuelto
-La carretilla
-El caballito
-Cangreja bajando la peña
-La pose del “pan”
-Patada a la luna
-El beso negro
-Al filo de la cama
-La sopita
-La pose de la “portola”
-El columpio
-Pollito tomando agua con patadita al foco Y muchas otras que no solo eran parte de sus fantasías, sino “fantásticas” pues solo serian posibles de ser echas por alguna deportista, acróbata o contorsionista. Lo que si quedo claro en este taller es que las mujeres lesbianas en nuestras practicas sexuales, solo necesitamos de nuestros cuerpos para obtener placer y pocas veces recurrimos a otros objetos.

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